En la Fundación Jingles
nos dedicamos a la asistencia en salud con la mediación
de perros como facilitadores. Trabajamos
para mejorar la calidad de vida de las personas mediante tratamientos facilitados
por el vínculo hombre – animal.
El equipo está integrado por profesionales de
distintas áreas que, de modo interdisciplinario, abordan una enorme diversidad
de patologías.
Nos pareció
que la mejor manera de explicar como realizamos nuestro trabajo es que cada uno
de los profesionales comparta su experiencia.
SILVINA
MARCELA YAMAGUSUKU. PSICOPEDAGOGA nos cuenta su experiencia y acerca de su trabajo en la Fundación Jingles:
" Durante mis 15 años de trabajo en
consultorio atendiendo las problemáticas del aprendizaje en niños y
adolescentes con las idas y vueltas propias, de un proceso muy complejo;
he podido experimentar desde hace un año en la Fundación Jingles, una nueva
forma de encarar los problemas de aprendizaje trabajando las
fortalezas de cada paciente con nuevos recursos. Un lugar, que
permitió trascender las paredes de un consultorio e incorporar en la
caja de materiales a importantes asistentes que dieron vida a un
nuevo encuadre de trabajo: la Psicopedagogía y la terapia asistida con perros.
La incorporación del vínculo Niño-Perro, en una terapia que trata las dificultades del A-prender y la asimilación de nuevos conocimientos; brindó una infinidad de beneficios terapéuticos, que lograron trabajar aspectos referentes a lo emocional y vincular de cada persona.
Sabemos que en el proceso de aprendizaje la afectividad es un aspecto fundamental y no puede concebirse la construcción de un conocimiento, sin el aspecto del deseo y la motivación. Por ello, la terapia asistida con perros permite en el paciente, activar aquellos procesos que una intervención profesional tradicional no lograría fácilmente; pero sí, todas las muestras de afecto sincero que un perro tiene para brindar tanto a niños como a terapeutas en general.
Es increíble que ante una actitud de rebeldía de un niño, una simple lamida de perro o contacto corporal que el animal haga con el paciente; pueda transformar cualquier situación de conflicto sin llegar al recurso habitual de reprimenda. Como también, aquellos niños que temerosos ante lo "nuevo", logren una mejor apertura al diálogo y ganas de aprender cosas nuevas, con la interacción asidua: el paseo, el cardado ( cepillado), el juego; entre otras actividades. El contacto con el perro permite a los pacientes poner en palabras sus sentimientos, sus vivencias, o deseos; debido al clima cálido de confianza, que se establece entre el paciente y el terapeuta en un ambiente abierto, donde la interacción permanente con los animales y la inclusión en las rutinas como parte activa, hace que el contexto de terapia sea diferente y por ello, la obtención de logros y progresos positivos muy viables.
La incorporación del vínculo Niño-Perro, en una terapia que trata las dificultades del A-prender y la asimilación de nuevos conocimientos; brindó una infinidad de beneficios terapéuticos, que lograron trabajar aspectos referentes a lo emocional y vincular de cada persona.
Sabemos que en el proceso de aprendizaje la afectividad es un aspecto fundamental y no puede concebirse la construcción de un conocimiento, sin el aspecto del deseo y la motivación. Por ello, la terapia asistida con perros permite en el paciente, activar aquellos procesos que una intervención profesional tradicional no lograría fácilmente; pero sí, todas las muestras de afecto sincero que un perro tiene para brindar tanto a niños como a terapeutas en general.
Es increíble que ante una actitud de rebeldía de un niño, una simple lamida de perro o contacto corporal que el animal haga con el paciente; pueda transformar cualquier situación de conflicto sin llegar al recurso habitual de reprimenda. Como también, aquellos niños que temerosos ante lo "nuevo", logren una mejor apertura al diálogo y ganas de aprender cosas nuevas, con la interacción asidua: el paseo, el cardado ( cepillado), el juego; entre otras actividades. El contacto con el perro permite a los pacientes poner en palabras sus sentimientos, sus vivencias, o deseos; debido al clima cálido de confianza, que se establece entre el paciente y el terapeuta en un ambiente abierto, donde la interacción permanente con los animales y la inclusión en las rutinas como parte activa, hace que el contexto de terapia sea diferente y por ello, la obtención de logros y progresos positivos muy viables.
Apuesto desde mi intervención profesional, a
la Terapia asistida con perros como una gran alternativa para abordar
las dificultades que en el complejo proceso de aprendizaje, pueden
surgir tanto en la población escolar como en la población adulta en
general."
Psicopedagoga Silvina Marcela Yamagusuku
